Una vez prescindimos de la carne en nuestro menú, ¿qué hacemos? ¿cómo configuramos nuestras comidas diarias?
Lo que nos resultará más cómodo y natural será una comida de un solo plato, realizado con cuidado e imaginación, acompañado de una ensalada o un postre, o ambos, depende del apetito o del gustazo que queramos darnos. Por eso la mayor parte de las recetas de este blog son ideas para confeccionar un plato único.
Debemos variar nuestra idea preconcebida sobre cuándo y cómo ingerimos nuestra ración diaria de proteínas; debemos abandonar la idea de que las proteínas están en un único grupo de alimentos y que el resto sólo sirve para rellenar de calorías y vitaminas nuestra dieta.
Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que si todo lo que comemos contiene algunas proteínas, al cabo del día habremos consumido las necesarias. Por tanto, si todo lo que comemos durante el día es nutritivo, no tendremos que recurrir a tomar una ración de carne para satisfacer el aporte total de las proteínas.
Pero no es aconsejable cambiar de golpe nuestras costumbres, sean las que sean, ni que nos convirtamos de repente en enemigos acérrimos del consumo de carne. Debemos realizar este cambio paulatinamente, quizá añadiendo un menú nuevo por semana así en siete semanas tendríamos el proceso completado.
Bibliografía:
Moore Lappé, Frances. (Premio Nobel Alternativo 1987). La Dieta Ecológica. Integral Ediciones S.L. 1987
